Lluvia Creciente – Capítulo 45: Boca del lobo

Hora = 12:00 AM

En vista que la situación dentro de la gran selva toxica se había vuelto inusual y extremadamente peligrosa, los escuadrones que aún quedaban dispersos en los alrededores intentaron regresar a la frontera con el Reino de Santia. No obstante, extraños sonidos y siniestras voces comenzaron a escucharse a lo lejos mientras lo hacían.

En principio no sabían si era solo una mala jugada que les estaba haciendo sus propias mentes debido al miedo y la confusión, sin embargo, todos estaban de acuerdo en que escuchaban los mismos sonidos, así que no podían estar seguros del todo.

Uno de esos grupos de mercenarios, de repente se toparon con una bestia y en ese momento la estaban enfrentando.

“Justo en el peor momento posible. ¿Qué tan mala puede ser nuestra suerte?”

Elizabeth, la mercenaria quien había tomado el mando de ese grupo, que estaba compuestos por seis mercenarios de otros escuadrones que se encontraban dispersos, fue quien dijo esas palabras con una voz molesta, pero a la vez cansada.

La apariencia de la criatura era como la de un oso negro con extrañas protuberancias de color gris claro sobresaliendo de su espalda. Su nombre era ursidos, una bestia de nivel medio-alto.

“Rodéenlo y utilicen munición anti-blindaje, de esa manera aseguraremos una eliminación lo antes posible.” (Elizabeth)

La bestia dio resistencia e incluso hirió a un mercenario llamado Henri, sin embargo, con la coordinación adecuada, en cuestión de minutos fue derrotada, después de todo, a quienes la estaban enfrentando eran mercenarios de entre rango A y B.

“Tomemos un pequeño descanso antes de seguir. Revisen cuanta munición nos queda.” (Elizabeth)

Suspirando, la mercenaria Elizabeth se recuesta sobre uno de los árboles. Las heridas de Henri estaban siendo atendidas. Al parecer no eran muy graves, así que él podría seguir adelante.

Pensando que podrían tener un momento para calmarse, de repente se escucha a otro de sus compañeros gritando a unos pocos metros.

Cuando los demás fueron a revisar, encontraron que el mercenario había caído en una trampa. Su pie izquierdo cayó en un agujero recubierto por maleza, y fue perforado por unos largos y afilados pinchos hechos de algún material. Su calzado era una bota militar, al tener una suela resistente ayudó a detener el avance de los pinchos, aun así, la herida resultó ser lo suficientemente profunda para dificultar su desplazamiento a partir de ahora.

“Charles, eres muy estúpido, ¿cómo no pudiste notar esa trampa?”

Mientras que Annie, una de sus compañeras, le atendía la herida, está también le reprendía por no ser cuidadoso por donde caminaba. Al parecer, esos dos se conocían y se tenían la suficiente confianza para hablarse de esa manera.

“Ahora tenemos dos mercenarios heridos, uno por causa de las bestias de hace un momento y este idiota. ¿Qué haremos ahora?” (Annie)

“No nos podemos detener a esperar ayuda. Seguiremos adelante. Henri puede caminar por su cuenta, que alguien ayude a Charles.” (Elizabeth)

Cuando el grupo estaba listo para retomar su camino, de repente se escucha el pequeño sonido de un silbido. Esto fue provocado por una larga lanza que apareció desde la oscuridad. Con la fuerza que fue disparada atravesó el hombro de Annie, haciendo que esta callera al suelo debido a la fuerza de impacto. Como Charles estaba apoyándose de ella, también cayó al suelo.

“¿Qué carajos?” (Elizabeth)

Sin saber exactamente a donde disparar, los demás mercenarios jalaron el gatillo mientras apuntaban sus armas desde la misma dirección donde salió la lanza.

“¿La matamos? ¿¡Que era esa cosa!?” (Henri)

En vista que la lanza apareció sin previo aviso y no parecía haber más movimiento por ningún lado, los mercenarios se sumergieron en la incertidumbre de lo que podría ser el causante del ataque, y si seguía viva después de recibir los disparos.

“¡Manténganse alerta en todo momento! ¡Disparen ante cualquier sonido sospechoso!” (Elizabeth)

“¡Annie! ¿¡Estas bien!? ¡ANNIE!” (Charles)

La mercenaria Annie se retorcía del dolor. Cuando la fueron a revisar, vieron que una considerable cantidad de sangre salía desde su herida, y lo peor de todo es que ella era la que estaba haciendo de médico.

“La lanza impactó justo en su hombro, arrancando su brazo izquierdo.” (Elizabeth)

“… ¿Hay alguien que pueda ayudarla?” (Charles)

“Yo tengo algo de conocimientos atendiendo heridas, pero no soy ninguna especialista. Primero tendré que detener la herida.” (Elizabeth)

Annie aún estaba consiente, pero se veía como perdía el conocimiento poco a poco.

“Joder, su cuerpo está entrando en shock.” (Elizabeth)

Las manos de Elizabeth quedaron ensangrentadas mientras cubría la herida de Annie. Ella era una mercenaria con varios años de experiencia, sin embargo, esta era la primera vez viviendo algo así. En su mente, pensaba que la situación se le estaba escapando de las manos.

No estaba segura de sí el enemigo fue eliminado, pero se sentía muy inquieta de solo pensar que fue todo lo contrario, o de que había más como ese.

Como si su tiempo se hubiera acabado, una lluvia de lanzas apareció desde lo alto de los árboles apuntando hacia ellos.

Ese grupo terminó siendo eliminado.

*-*-*

“Durante esta temporada, la caza está siendo bastante animada. Aunque los humanos no están poniendo mucha resistencia. ¿Dónde queda esa supuesta superioridad suya?”

“nO sUbEstImEs…”

Quien conversaba con la enorme bestia con forma de calamar era un sujeto que aparentaba los 30-40 años. Llevaba una vestimenta particular donde solo tenía puesto unos pantalones hechos a mano usando cuero, y unos accesorios colgando de su cuello y antebrazos, tales como collares de garras y brazales de hueso. Su cuerpo también estaba marcado con rayas de alguna especie de tinta gris. La imagen que daba era como la de un aborigen. No obstante, lo que llevaba en su cabeza era un par de largos cuernos negros. Esto indicaba que el sujeto no era humano, sino un demi-humano.

“No te preocupes, no los subestimare. Se bien lo peligrosos que son ellos. Hace 100 años cometí ese error, pero no volveré a caer en lo mismo.”

Los Demi-Humanos, debido a que son una raza mixta, resultado de un experimento de laboratorio no eran aceptados como humanos dentro del Reino de Santia. Su relación era muy superficial, siendo evitados en lo más posible. No obstante, como ya se sabe, luego del incidente con la demi-humano que se infiltró en el templo principal de la doctrina de Uzumi, su situación empeoró drásticamente. Los derechos no se aplicaban a ellos, así que los tenían agrupados junto a las bestias, comenzando a darles caza, esclavizándolos e incluso aprovechándose de sus mujeres.

En ese tiempo, estos lucharon por su libertad, enfrentando cara a cara la opresión en contra de ellos. Ya que no tenían ningún lugar a donde ir o pertenecer, buscaron una manera para salir de ese territorio al que llaman el Reino de Santia. Eso fue hasta que finalmente llegaron a lo que se le conoce como la zona prohibida, llevándolos a encontrar su propio lugar en la gran selva toxica.

“OdIAs hUmAnOs…”

“… No los odio… Al menos no a todos. Sin embargo, así como ellos nos masacraron y oprimieron mientras estábamos en lo que ellos llaman como “su nación”, pues ahora nosotros protegeremos nuestro hogar de la misma manera, les daremos a entender que no los queremos en este lugar. Si vuelven después de esto, sabrán que toda la gran selva será su enemigo.”

Así como los humanos tenían una gran ventaja cuando usaban la tecnología en conjunto para combatir, los demi-humanos tenían una clara superioridad en sus capacidades físicas. No obstante, como los demi-humanos son menores en número, estos lo compensan aprovechando la ventaja del terreno.

“mEntIrOsOs… InsOlEntEs… hUmAnOs… AhOrA nOs cOntrOlAn… ImpErdOnAblE…”

“¿Es cierto que ahora ellos son capaces de controlar a las bestias? Cada cierto tiempo alguno de los nuestros nace con una capacidad excepcional, es posible que con ellos también sea similar. Supongo que debemos estar preparados para lo peor.”

“AcAbAr cOn lOs InsOlEntEs hUmAnOs…”

“¿Crees que eso será la solución? Ellos son demasiados. Ni siquiera tu pudiste hacerlo hace más de 100 años enviando hordas de bestias. Gracias a uno de esos ataques fue que nosotros pudimos conseguir una oportunidad para llegar hasta aquí.”

“tU… sOlUcIOn…”

“Aún quedan unos cuantos humanos por aquí, dejare que los muchachos sigan probando sus habilidades, cazándolos por otro rato. Hare que atrapen algunos para interrogarlos y así conseguir más información al respecto. Encontraremos al que controla a las bestias y lo eliminaremos. Eso será un gran golpe para los humanos. Si ellos buscan pelea, pues se la daremos, sin embargo, no lo haremos de manera descuidada.”

“mMm.”

*-*-*

Hora = 12:20 AM

Tras haber avanzado poco más de media hora, tomando cortos periodos de descanso, los sensores activos en los lentes multifuncionales de James le dieron un mensaje de alerta. Por fin había logrado encontrar otra fuente de energía térmica. Esta vez era un grupo de mercenarios.

Como James se les acercó de forma repentina, estos le apuntaron al instante con sus armas. Por lo que se podía percatar, ellos se mostraban algo agitados, por lo cual, James lo tomó como un indicativo de lo nerviosos que estaban.

“Tranquilos. Soy James, un mercenario rango D. También estoy participando en la mision de búsqueda y captura de Hamlet. Mi escuadrón es el número 5.” (James)

Cuando James se identificó, los mercenarios bajaron sus armas, sin embargo, aún se mantuvieron alerta y cautelosos de sus movimientos.

(Algo los tendría que haber atacado para que estuvieran así de alterados. Lo último que quisiera, es que de repente me pegaran un tiro, así que intentare entender su situación de forma indirecta.) (James)

“… Entonces eres del escuadrón 5, yo soy Roderick, nosotros somos el escuadrón 8.” (Roderick)

Un sujeto de aspecto serio y con anteojos fue el que habló.

“Ya veo, ¿tienen algún herido?” (James)

“¿Eres medico?” (Roderick)

“Tengo algo de experiencia tratando heridas.” (James)

“… No tenemos a nadie herido de gravedad. Por otro lado, tu deberías estar en el lado del este de la selva, ¿qué estás haciendo aquí? ¿Y porque hay un niño contigo?” (Roderick)

“Estaba junto a los demás escuadrones, sin embargo, en nuestro campamento recibimos un repentino ataque de bestias en conjunto de una lluvia de lanzas. Al final no pudimos identificar a los atacantes, pero lo peor llegó después de eso, ya que fuimos arrastrados por los tentáculos de una enorme bestia al interior de la selva… Este niño lo encontré por el camino.” (James)

“¿Fueron atrapados por una bestia y salieron ilesos?” (Roderick)

James anticipaba el hecho de que sería complicado convencer a los demás de lo sucedido. Decir que una bestia enorme lo atrapó, y que lo interrogó con la posibilidad de matarlo si respondía mal, para luego liberarlo sin lesiones, sonaba como algo que diría alguien que ya había perdido la cabeza. Como él fue el único que sobrevivió al interrogatorio de la bestia, prefirió mencionar solo la mitad de los hechos, después de todo, no sabía lo que les había pasado los demás.

“Si. Parece que terminamos dispersos, por eso no he podido encontrar a ninguno de mis compañeros.” (James)

“…” (Roderick)

Los mercenarios del escuadrón 8 se vieron entre ellos después de escuchar las palabras de James, al parecer no le estaban creyendo lo que decía.

“Nosotros también fuimos atacados en nuestro campamento por una lluvia de lanzas mientras enfrentábamos un conjunto de bestias entre nivel medio a nivel alto. Mientras que nos retirábamos, terminamos separándonos de los demás escuadrones, sin embargo, no aparecieron ningunos tentáculos…” (Roderick)

“Pues vaya suerte han tenido.” (James)

“¿Suerte? Esto es peor que un abismo.” (Roderick)

“Piensa que tu solo has pasado por la mitad de lo que pasamos nosotros, no me digas que es peor a un abismo.” (James)

“… Como sea. Este lugar está plagado de bestias, no sería raro encontrar una de nivel demonio. La mision está comprometida, así que no podemos arriesgarnos a seguir avanzando hasta el lugar de reunión con el escuadrón 1… Mientras nos dirigíamos al sur para salir de aquí, recibimos una señal de socorro. En estos momentos nos dirigimos a ese lugar.” (Roderick)

Roderick le mostró a James la radio en su mano y escuchó unos sonidos que parecían ser código morse, aunque no estaba del todo seguro. Lo más probable es que fuera algún código similar, ya que sería complicado que todavía existiera ese medio de comunicación después de tanto tiempo.

“Ya veo. En mi caso, me estaba dirigiendo al sur, tratando de volver al campamento donde nos atacaron. Estaba pensando que con suerte otros pensarían igual que yo y volverían al campamento.” (James)

“Dijiste que fueron atacados en su campamento, ¿no te parece que ese lugar seria el ultimo al que volverían para reunirse?” (Roderick)

“Bueno, por esa parte tienes razón. Aun así, no establecimos otra ubicación para reunirnos, y tal como dices, no podemos seguir la mision en nuestro estado actual.” (James)

“… Si te parece bien, puedes venir con nosotros. Tampoco es como si tuviéramos muchas opciones.” (Roderick)

“Está bien. Con suerte, es posible que mis compañeros también hayan interceptado esa señal de socorro… Sin embargo, si nos dirigimos hacia esa señal, también tendremos que pensar en los problemas que deben tener los que emiten la señal.” (James)

(Aunque también existe una posibilidad de que sea una trampa, pero supongo que eso es algo que ellos ya tienen en cuenta.) (James)

«No es nada nuevo. Somos mercenarios, un trabajo es un trabajo. Haremos lo que nos pidan, siempre y cuando nos paguen.» (Roderick)

“Ya veo.” (James)

Sin mucho más que mencionar, el grupo prosiguió su camino en dirección a la señal de socorro emitida por algún ente desconocido.

*-*-*

Hora: 1:00 AM

“La señal de socorro se está volviendo cada vez más fuerte, eso quiere decir que nos estamos acercando. Adrian, ve a revisar los alrededores, y evita en lo posible cualquier enfrentamiento con bestias.” (Roderick)

Mientras James aun pensaba en las palabras dichas por la enorme bestia calamar, cuyo nombre no conocía, su atención fue desviada hacia el escuadrón liderado por Roderick, ya que estos comenzaban a ponerse en marcha.

El primero en moverse fue un mercenario llamado Adrian, al parecer, este se encuentra especializado en la exploración y rastreo.

“¿Que debería hacer yo? Esto es un poco aburrido.”

Esta vez la que habló fue una mercenaria llamada Phyllis. Para James, ella parecía ser muy bonita. Le estaba calculando una edad no mayor a los 20 años. Si no fuera por la situación en la que se encontraban y de la edad real de James, este podría haberse sentido atraído por ella.

“Por el momento estate atenta a cualquier movimiento en las proximidades. No tenemos drones para comprobar lo que encontraremos más adelante.” (Roderick)

James también se mantenía atento a los alrededores con el niño tomado de la mano, sin embargo, aquellas palabras que había dicho la bestia, no se las podía sacar de la cabeza.

(Esa bestia… No parecía conocer a Hamlet. ¿Cómo estaba seguro de que no estaba en la selva? ¿Fue por una habilidad? Parecía saber bien cuando le mentían, o al menos eso fue lo que me pareció. ¿Eso tendrá alguna relación?) (James)

Pasaron un par de minutos mientras caminaban en dirección hacia la señal de socorro, hasta que por fin llegaron a una zona más espaciosa dentro de la selva. Lo que se veía en frente de ellos era un enorme edificio con el diseño arquitectónico de un domo geodésico.

“Debe ser aquí.” (Roderick)

Además de James, algunos miembros del escuadrón 8 parecían estar sorprendidos al conseguir tal edificio, después de todo ellos aún se encontraban en medio de una selva plagada de monstruos.

“Parece que hay gente en la entrada, iré a ver.” (Phyllis)

Sin esperar a que Roderick diera alguna respuesta, la mercenaria Phyllis enseguida se dirigió sus pasos hacia el grupo de personas a la distancia.

(Su comportamiento es temerario, eso nos podría terminar causando varios problemas.) (James)

Cuando James y el resto del escuadrón 8 se acercó al edificio, se pudieron percatar de que las personas que vieron en realidad también eran mercenarios, de hecho, James pudo reconocer a varios de ellos, ya que eran miembros de los escuadrones del 2 al 6 donde él estaba asignado.

Todo se ubicaban en la entrada al edificio, la cual, es una gran puerta blindada de acero, similar a las que se encuentran en los búnkeres nucleares.

(Tiene un aire de ser una instalación científica.) (James)

Roderick se acercó para preguntar sobre lo que sucedía, ya que parecía como si estuvieran esperando algo. No tenía mucho sentido que tantos estuvieran afuera, siendo cuando el interior podría ser más seguro y tranquilo para descansar.

Mientras Roderick hablaba con una de las mercenarias del escuadrón 3, James se dio cuenta, que un poco más a la distancia estaba Olivia. Ella parecía mostrar una expresión seria, con ojos algo cansados mientras sostenía con firmeza su rifle de asalto HAR-22.

Cuando James acortó distancias con ella, esta enseguida se da cuenta de él, y muestra una ligera sonrisa.

“Te veo cansada, ¿tienes alguna herida?” (James)

“Estoy bien, pero si estoy algo cansada, casi he muerto en más de una ocasión y eso… Bueno, ya sabes, al final te genera una fatiga mental terrible… ¿Alize está contigo?” (Olivia)

“No, apenas me encontré con el escuadrón 8… Y este niño.” (James)

Ya que Olivia parecía cansada, James no quiso sobrecargarla más con información de todo lo que él había pasado en tan poco tiempo, así que se abstuvo de mencionarlo, al menos de momento.

“¿Dónde encontraste a ese niño?” (Olivia)

“En medio de la selva, así sin más. Ni yo lo entiendo.” (James)

Olivia se agacho para estar a una altura similar al niño. Con una ligera sonrisa, ella intentó hacerle unas preguntas al niño, pero este solo parecía saber responder asintiendo o negando con la cabeza.

“Es un poco raro que aprendiera primero a caminar antes que hablar. Aunque más extraño es encontrarlo en medio de esta selva. Teniendo en cuanta lo que hemos pasado nosotros en la primera noche, no me puedo imaginar cómo ha sobrevivido, ni cuánto tiempo lleva aquí, ya que, por el estado de sus ropas, no parece que hubiera estado aquí solo un día.” (Olivia)

“Si, todo eso lo he tenido en consideración, sin embargo, teniendo en cuenta nuestra situación, esas preguntas quedan como una incógnita. Primero deberíamos encontrar a Alize y luego salir de aquí para ayudarlo.” (James)

“¿¡COMO ES QUE NO NOS PUEDEN DEJAR PASAR!?”

Mientras James y Olivia hablaban sobre cómo salir de su situación para luego ayudar al niño, una voz exaltada se escuchó de entre el grupo de mercenarios en la puerta blindada de acero.

“¡No sean ridículos! ¡Estamos hablando de la vida de muchas personas aquí!”

Uno de los mercenarios estaba hablando con el personal científico dentro del edificio usando un panel de comunicación al lado de la puerta blindada. Por lo que podía entender, lo que estaba sucediendo era que dicho personal no podía abrir la puerta, ya que se necesitaba decir alguna clave de acceso.

“Están siendo algo exigentes. Se supone que están emitiendo una señal de socorro. Supongo que están esperando a que llegue alguien en específico.” (James)

“Aun así, teniendo en cuenta la situación, deberían de ser algo más considerados.” (Olivia)

Cuando la conversación con el personal no parecía avanzar lo suficiente, Roderick, el líder del escuadrón 8, pidió un momento para hablar con ellos.

“Están esperando a que llegue alguna ayuda, ¿cierto? Aunque nuestra mision inicialmente era otra, en estos momentos nos es imposible proceder con ella. Captamos su señal de socorro y nos trasladamos desde una larga distancia, adentrándonos por este terreno peligroso, esperando encontrar un apoyo mutuo. Aunque el clima no es muy bueno, aun espero que pueda mejorar.” (Roderick)

“…”

El personal científico al otro lado parece que lo reconsideró, ya que sus acciones posteriores fueron justo lo contrario hasta ahora.

“La puerta se está abriendo…” (Olivia)

(¿Solo por decir eso, ellos cambiaron de opinión?) (James)


Si ven algun error, lo comentan y se arregla.


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