Vener – Capitulo 10: Dinero, dinero

“Vaya, así que volviste, ya comenzaba a preguntarme si habías muerto.” (Teniente Macmillan)

“Pues, digamos que tuve que atender otros asuntos por el camino. Ahora con respecto al tema de la mision.” (David)

“Si, esta mañana lo he comprobado desde uno de nuestros drones. Muy buen trabajo.” (Teniente Macmillan)

“No te voy hacer perder más tiempo. Esto es lo que puedo darte como recompensa. Hasta yo sé que no es mucho comparado con el gran trabajo que hiciste, pero te daré estas otras cosas para complementarlo.” (Teniente Macmillan)

Lo que recibió David fue una transferencia de 29.000 créditos, una carabina R30 con 75 cartuchos del calibre 5,56mm, un par de minas laser y un par de paquetes de galletas saladas. Su rostro no lo aparentaba, pero se sentía muy agradecido.

“Está bien, supongo que ustedes también tienen sus dificultades. Con esto como recompensa puedo irme satisfecho.” (David)

“Pues qué bueno que lo tomes de esa manera. Si surge alguna otra mision en el futuro, espero poder contar contigo.” (Teniente Macmillan)

Después de recibir la recompensa, David salió de la estación de la guardia y se dirigió hacia lo que había nombrado por sí mismo como el distrito comercial.

*-*-*

En la noche anterior, David accedió a la solicitud de Ayla a cambio de ciertas condiciones.

Su grupo lo más seguro es que no estaría dispuesto a seguir de un día para otro las ordenes de un sujeto desconocido, así que Ayla se debía mantener como la líder.

David estaría dispuesto a suministrar agua y comida a todo el grupo siempre y cuando estos se lo ganasen. Si el percibía el esfuerzo durante los entrenamientos y estaban dispuestos a colaborar con David en sus trabajos, las recompensas serían mucho mayor.

Si alguno de los integrantes del grupo ataca a otro miembro o traiciona a David, la persona tendría que ser exiliada del grupo, revocándosele de cualquier beneficio.

Para finalizar, David pidió como última condición, que Ayla explicara la verdadera razón de dicha solicitud. Aunque David se hacía una ligera idea, no podía solo conformarse con sus propias suposiciones, necesitaba una respuesta directa.

Ayla se mantuvo un poco sorprendida mientas escuchaba las condiciones, pero al mencionar lo último, su expresión se volvió algo nerviosa. Ella se mantuvo en silencio por varios segundos, pero termino aceptando las condiciones y luego comenzó a contar parte de su historia, de cómo llego para cumplir una mision, de cómo las cosas no terminaron como se planearon y el cómo terminaron en su situación actual.

David mostró una cara de comprensión en todo momento. Su historia estaba llena de infortunio, pero en general le pareció algo coherente, por lo que terminó por aceptarla.

Hubo una duda por parte de Ayla, quería confirmar que realmente David podía suministrar alimentos a todos en el grupo. David era consciente de que no contaba con suficiente dinero en ese momento, pero ya tenía ideado un plan de antemano, por lo que dio una respuesta rápida.

*-*-*

En la mañana del día siguiente, Ayla reunió a todos los chicos y chicas del grupo para explicarles la situación y como se desarrollarían las cosas a partir de ahora. Al hablar su todo se escuchaba serio y estricto, pero David ya sabía de antemano el porqué de esa actitud.

Un grupo conformado principalmente de muchachos en su adolescencia, sin experiencia en supervivencia ni en combate, algunos con un comportamiento arrogante y otros demasiado sumisos. Ayla quería que ellos se adaptarán a su nueva vida, pero por alguna razón, ella no quería asumir esa responsabilidad, así que prefirió dejárselo a un completo desconocido.

Luego de unos minutos, Ayla y David prepararon unos vehículos para llevar a todos al bunker 562.

Ayla indicó que el grupo estaba conformado por 17 personas. En la parte trasera de la camioneta de David, los asientos estaban colocados hacia los lados, por lo que pudo abarcar a nueve personas incluyendo el puesto de copiloto.

David se estaba preguntando cómo haría con el resto, pero Ayla resolvió sus dudas en poco tiempo. Cuando ella vendió los vehículos para conseguir algo de dinero, procuro mantener guardados dos de ellos para este tipo de situación.

En cuestión de minutos, tres vehículos se encontraban avanzando por la autopista en dirección a la ciudad donde estaba viviendo David.

*-*-*

Transcurrió cerca de una hora para llegar. El cielo se mantenía soleado y sin rastros de nubes a diferencia del día anterior. Cuando todos bajaron de los vehículos, siguieron a David dentro de una estación de ferrocarril, algunos con cara en duda y otros con algo de miedo, pero en el momento que vieron la entrada del bunker se calmaron un poco.

Una vez dentro, se dirigieron hacia la tercera planta y David les asigno las habitaciones a cada uno, teniendo en cuenta separar a los chicos de las chicas. Cuando cada persona supo dónde dormiría a partir de ahora, David les dio una indicación para que se dirigieran al comedor en la planta superior.

A medida que llegaban, se les indicaba que se sentaran en los asientos donde las mesas estaban disponibles. David sin perder mucho tiempo ingresó a la zona del almacén y en pocos segundos salió con varias latas de sardinas entre sus brazos. David era consciente que ellos debían de tener hambre, así que procuro encargarse de eso en primer lugar, ya que fin energías no serviría de nada comenzar con el entrenamiento.

Por un momento, Ayla se acercó para ayudarlo, pero David solo se limitó a indicarle que se sentara en una de las mesas. En poco tiempo cada persona tenía una lata de sardinas en frente de ellos junto a un cubierto de los que encontró David dentro del almacén.

Una lata de sardinas tiene un contenido de tres sardinas envasadas al natural. Por si solas el sabor no es el mejor y apenas sería suficiente para dejar satisfecho a una persona por un par de horas, pero era lo mejor que David podía suministrar por el momento.

Todos comían su comida con gusto. David imagino que después de tanto tiempo, ellos estarían pensando que por fin podían comer algo decente.

David por su lado, se acercó a Ayla y le mencionó que saldría un rato para hacer unos negocios en ciudad Fenrir. Ayla asintió con la cabeza e indico que se quedaría para vigilar a los chicos mientras él no estaba.

Estando afuera, David recordó que dejo al robot autómata dentro de la camioneta, así que lo bajo y le ordeno que se mantuviera patrullando la zona con la katana. Con eso, David ingresó en la camioneta y se dirigió hacia ciudad Fenrir.

*-*-*

Al llegar, lo primero que hizo fue estacionar su vehículo en el mismo estacionamiento privado de siempre, para luego dirigirse hacia la estación de la guardia y cobrar su recompensa.

Luego volvió a la camioneta para guardar las cosas que le entrego el teniente Macmillan. Lo siguiente que hizo fue dirigirse hacia la tienda de armas del armero que le vendió la información sobre la ciudad Ayacucho. Al entrar en la tienda, el armero puso un rostro de sorpresa, pero al poco tiempo volvió su habitual cara de molesto. No parecía estar particularmente interesado en como David sobrevivió, por lo que David se limitó a darle una explicación de lo que necesitaba en esta ocasión, un par de bolsos militares.

En la tienda de armas también se vendía equipamiento para mercenarios, así que el armero tenia lo que David estaba buscando. Después de ingresar al interior de la tienda, el armero salió con un par de bolsos negros. El costo por ambos fue de 0,00185185 bitcoin. Habiendo realizado el pago, David se despidió para luego salir de la tienda.

Lo próximo que hizo ahora que tenía un mayor capital disponible fue dirigirse hacia la estación de compra y venta de los hermanos Rhod, pero no sin antes situarse en una esquina para comprar unas cuantas latas de sardinas y latas de pulpo al ajillo, para tenerlos disponibles dentro de los bolsos.

Durante el camino, David se dio cuenta de que la ciudad se encontraba un poco más calmada que de costumbre, ya que había menos ruido en los alrededores y menor cantidad de gente caminando entre las calles, pero no le dio mucha importancia al respecto.

Al llegar a la estación, vio que una taquilla estaba disponible, por lo que se acercó e inmediatamente un robot autómata lo atendió.

“Bienvenido, señor o señora, ¿desea comprar o vender algo?” (Robot)

“…” (Robot)

“Disculpe. ¿Usted viene para vender más de las latas de sardinas?” (Robot)

Cuando David llego a la taquilla de la estación de compra y venta de los hermanos Rhod, uno de los robots autómatas le atendió y al poco tiempo lo reconoció.

“Parece que estos robots son capaces de reconocer el rostro de las personas.” (David)

“Si, vengo a vender algunas latas de sardinas, aún siguen en 450 créditos cada una, ¿verdad?” (David)

“Efectivamente.” (Robot)

“Los dueños quisieran atenderle en la sala VIP, ¿estaría dispuesto a aceptar la invitación?” (Robot)

David pensó por un momento si aceptar o no. Era de suponer que los dueños del negocio al adquirir un producto que podían considerar de lujo por su calidad, estarían dispuestos a establecer algún trato para que les siguiera suministrando dichos alimentos.

Lo peor que podía suceder, viniendo de un lugar anárquico era que los dueños intentaran extorsionar a David, pero si llegaba a ocurrir un caso como ese donde las palabras no resolverían nada, David tendría que tomar acción en el asunto.

“Si lo que quieren es hacer algún trato, está bien.” (David)

En ese momento, se abrió una puerta metálica al costado derecho de la tienda. Mientras David ingresaba en el edificio cargando con los dos bolsos, pensó que quizás debió anticipar que algo así podía ocurrir, por lo que no estaba del todo listo para establecer algún negocio.

Una vez dentro, David fue recibido por una mujer, la cual le indicó el camino.

El interior del edificio se veía bien preservado a comparación con el exterior. El suelo de cerámica se mantenía limpio, la pintura en las paredes no parecía desgastada en lo más mínimo y había buena iluminación, lo que permitió contemplar los cuadros de arte colgados en las paredes.

La mujer acompaño a David hasta una oficina en el segundo piso. Cuando abrió la puerta, encontró en el centro de la habitación a un hombre en traje elegante sentado en un escritorio, a un lado estaban sentados en un sofá una mujer junto a un señor de mediana edad que también vestían ropas elegantes, y parado en una esquina un hombre con ropas militares que parecía ser un guardaespaldas.

El ambiente parecía un poco pesado, pero David intento que no le afectara demasiado.

“Hola. Por favor, tome asiento.”

Ante la indicación del sujeto sentado en el escritorio, David dejo el par de bolsos a un lago y procedió a sentarse en otro sofá que estaba disponible, justo en frente a la mujer y al señor de mediana edad.

“Mi nombre es Caín Rhod. Este es mi padre Abrahán Rhod y mi hermana Ángela Rhod.” (Caín)

Cuando David se sentó. El hombre en el escritorio se presentó a sí mismo y luego señalo cortésmente a las personas sentadas frente de él.

“Hola, mi nombre es David Castillo.” (David)

“Señor David. Nosotros y algunos de nuestros empleados hemos probado los alimentos que vendió en una de nuestras taquillas hace unos días.” (Caín)

“Oh. ¿Qué les pareció?” (David)

“No le voy a mentir, estuvieron deliciosas. Para ser honesto, aquí en ciudad Fenrir es difícil conseguir alimentos de esa calidad.” (Caín)

“Pues, yo estoy agradecido, en ese momento vendí cada lata a un precio de 450 créditos, lo que me ha animado iniciar un nuevo negocio. Estoy seguro de que mis productos se venderán muy bien.” (David)

“…Solo para hacerle saber, tanto mi hermana o yo somos gente de negocios en ciudad Fenrir. ¿Dígame está interesado en realizar un negocio más grande?” (Caín)

Los ojos de David brillaron por un instante ante la oportunidad que estaba apareciendo ante él. En realidad, David no tenía muchas ganas de abrir una tienda y vender los artículos por sí mismo. Lo que buscaba era una oferta de negocio como la que se estaba presentando ahora y David no la desaprovecharía.

“Por supuesto, pero tengo una duda. ¿El Sr. Caín tienen suficiente influencia?” (David)

“Señor David. Por favor, permítame volver a presentarme. Soy miembro del consejo de siete clanes latinos. Presidente de la Corporación Rhod. Caín Rhod. En nombre de la familia Rhod, quisiera dar la más cordial bienvenida para analizar posibles negocios en los que podamos trabajar juntos.” (Caín)

Caín Rhod se levantó de su escritorio y extendió su mano hacia David. No obstante, al escuchar la reciente presentación, David tuvo que ocultar su sorpresa. Aunque no tenía idea de lo que era el consejo de siete clanes latinos, eso se escuchaba como un grupo muy importante y la persona frente de él, declaro ser un miembro de dicho consejo.

En vista que David no tenía pensado el nombre de su negocio con antelación, ya que justo en ese instante lo estaba conformando, tuvo que idear algo rápido. David se levantó con calma y dio un apretón de manos a Caín.

“Soy David Castillo, encargado de la Corporación Parabellum, le expreso mi gratitud por esta propuesta de negocio.” (David)

Pasaron varios minutos mientras David y Caín conversaban más detalles sobre la propuesta de negocio. Al parecer Caín se hacia la idea de que David era un nuevo comerciante en busca de revender sus productos únicos. En principio no tenía muchas expectativas, pero cuando David menciono que podía asegurar una fuente estable, pensó en los beneficios que les traería y decidió realizar un acuerdo comercial a largo plazo. Después de todo, la comida que obtendría serian productos de alta calidad y considerados artículos de lujo.

*-*-*

En esta ocasión, con el dinero que ganó de la recompensa, David compró un total de 40 latas de sardinas y 20 latas de pulpo al ajillo por 3.200 créditos.

Las latas fueron vendidas directamente a la Corporación Rhod por 500 y 580 créditos cada una respectivamente. Se le pago un total de 31.600 créditos para terminar sacando un beneficio de 28.400 créditos.

Terminada la venta, David se dispuso a volver al bunker.

De camino al estacionamiento donde dejó la camioneta, comenzó a tener la sensación de que estaba siendo observado. Se podía hacer la idea de que alguien lo estuviera siguiendo después de salir de la sala VIP de la estación de compra y venta de los hermanos Rhod, por lo que tomo un atajo entre unos callejones mientras desplegaba su interfaz holográfica. David siguió caminando tranquilamente y faltando poco para salir al estacionamiento, un grupo de tres sujetos apareció, dos al frente de él, mientras que el otro salió desde una intersección del callejón.

“¿Que quieren?” (David)

“Dinero… Te vimos saliendo de la sala VIP de la estación de compra y venta de los hermanos Rhod. Debes de haber hecho algún buen negocio. Danos el dinero y te perdonaremos la vida.”

El sujeto detrás de David fue el que hablo para responder a la pregunta.

David enseguida perdió su buen humor tras una buena venta, ya que no tenía el más mínimo temperamento para ese tipo de personas, además de que ya había visto venir una situación como esa.

Manteniendo su cara de póker, se voltea y mete una mano en su bolsillo lentamente, posteriormente muestra su terminal PDA y lo arroja al sujeto que parecía ser el jefe.

“Bien.”

En el momento que el sujeto esta por atrapar el terminal PDA, David aun con su interfaz desplegada, selecciona su rifle de asalto AKM y acorta distancias para luego balancear de forma contundente la culata de su arma en su rostro, haciendo que este caiga inconsciente y con la nariz partida debido al impacto.

Desplazándose con la velocidad, David atrapa el terminal PDA antes de caer en el suelo, luego apunta su arma a los otros dos sujetos y jala el gatillo dos veces. La primera bala roza el costado del primer sujeto y la segunda atraviesa la pierna del segundo.

Ante el sonido de los disparos, un grupo de soldados se acerca con cuidado hacia el callejón. En el momento de que echan un vistazo más de cerca a la escena, encuentran a un grupo de tres bandidos tirados en el suelo, dos de ellos sangrando por heridas de bala, mientras que el otro se encontraba inconsciente y con la nariz rota. Aunque los soldados se desplegaron para buscar al responsable, David para ese entonces ya estaba dentro de su vehículo y saliendo de la ciudad.

*-*-*

Nombre: David Castillo
Nivel: 12
Energía Vener: 225
Debuff: 3% Infección (radiación)

Créditos: 58.711
Bitcoin: 0,00244444


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