Lluvia Creciente – Capítulo 1: Transición

Al recobrar la conciencia, James Miyagi abre sus ojos sintiendo un cálido viento rozando su rostro. Se sienta rápidamente centrándose en el entorno que lo rodea y observa que se encuentra en lo que parece ser un bosque.

“Mmm, ¿dónde estoy?”

James estaba desconcertado, no podía evitar sentir duda sobre su localización actual, ya que lo último que podía recordar era sobre su lucha contra la Bestia Behemoth. Quedó pensativo por unos segundos y recordó que antes de quedar inconsciente apareció un extraño destello rojo proveniente del núcleo del Behemoth. Solo era una suposición, pero existía la posibilidad de que la energía residual en el núcleo se haya vuelto inestable después de lanzarlo a lo lejos.

“Qué problema. Aunque fuera causado por esa explosión, eso no explica qué estoy haciendo en este lugar.”

Se quedó mirando a su alrededor una vez más, solo podía ver un gran conjunto de árboles sin un fin aparente y nada más que pudiera encontrar.

Estaba dudando de que esto hubiera ocurrido de manera aleatoria, ya que James sabía bien que todos los sucesos ocurridos hasta el momento de llegar hasta la Bestia Behemoth habían sido planeados de antemano por la otra Bestia aún más fuerte que Behemoth, la autonombrada Bestia Leviatán, y lo más posible es que sin haberse dado cuenta, James fue directo a otra de sus trampas.

Puede que todo eso resultara ser tal y como lo estuviera planeando Leviatán, y lo peor es que no tendría forma de confrontarlo, al menos no en ese instante. No tenía más opción, primero debía reunir información, descubrir dónde se encontraba exactamente para luego buscar la manera de volver a la comunidad.

*-*-*

James dejó de pensar por un par de minutos mientras admiraba el hermoso paisaje que había a su alrededor. Ya que la situación estaba llena de incógnitas, hizo a un lado el hecho de que no tenía la menor idea del lugar donde se encontraba, por lo que empezó a sentir una gran cantidad de fatiga acumulada por todo su cuerpo, que estaba asociada al previo combate contra la Bestia Behemoth.

“Aun no me he recuperado del todo, así que voy a descansar unos minutos, y haré provecho de la tranquilidad que hay en este bosque.”

Como no tenía manera de reunir información, James se sentó en el suelo mientras se recostaba de un árbol y considero lo que iba a hacer a partir de ahora.

Por un momento enfoco su vista al cielo, sin embargo, para su sorpresa, lo que estaba observando arriba de él, no era el cielo, sino un enorme conjunto de cristales que emitían un intenso brillo de color blanco que emulaban muy bien la propia luz del día.

La inquietud que James sentía podía haber hecho que se levantara de nuevo del suelo, pero el cansancio que aun tenia le impidió hacerlo. Siendo consciente que al recuperar fuerzas suficientes debía salir del bosque para averiguar lo que estaba sucediendo, James procuró mantener la calma, pensando en hacer una revisión del equipamiento que aún llevaba encima.

Aparte del traje CAET Mark II parcialmente dañado tras el combate, aún poseía su revólver modificado y también su casco enganchado al cinturón.

“A ver, si no mal recuerdo esto se hacía de esta manera… Creo.”

“Bueno, Clerk es el que solía hacer este tipo de cosas, ahora veo que tendría que haber prestado mayor atención en esta parte de su explicación, pero aún recuerdo algunos de los comandos del traje, así que no debería ser tan problemático.”

James intentó comprobar el estado del sistema a través del casco, sin embargo, a simple vista era lógico que no se encontraba en las mejores condiciones, por ende, decidió activar el protocolo de auto-reparación. Al ser un traje compuesto mayormente por nanofibras, Clerk, el inventor original del traje, incorporó un pequeño depósito de nanomáquinas que permitirían realizar la reparación de los componentes más importantes en el traje, esto con el fin de prolongar el tiempo de uso útil. Además de eso, pudo confirmar que el sistema de soporte vital se encontraba activo, eso fue un alivio para James, ya que ese era parte del protocolo de emergencia, lo que le permitía poder mantenerse con vida sin la necesidad de comer o beber nada por algunos días en caso de que sucediera lo peor.

*-*-*

Luego de varios minutos de descanso, James al comprobar que sus heridas dejaron de sangrar, se incorpora para comenzar a correr en línea recta con el objetivo de salir del bosque lo antes posible.

Estando el traje CAET en modo de auto-reparación, James se desplazaba por el bosque y sentía la clara diferencia en el rendimiento a comparación de cuando el traje se encontraba en pleno funcionamiento, aun así, James procuro no enfocarse tanto en esos detalles por el momento, y solo tratar de resolver su duda sobre el extraño conjunto de cristales arriba de él.

Transcurren un par de minutos y James con cara de sorpresa llega al final encontrándose con una enorme pared de piedra, al seguir su vista hasta arriba del todo, logra percatarse de que se encuentra en una especie de domo artificial y que lo más probable es que haya un vasto bosque en su interior, esa fue la suposición que podía hacerse en ese momento, ya que no tenía otra explicación en su mente sobre el lugar en el que se encontraba en ese instante.

James aun confundido, se rasca la cabeza y sin muchas ideas en su mente observa los árboles a su alrededor en busca de uno que sea el más alto, al lograr encontrar el adecuado estando un poco lejos, corre en su dirección y se dispone a escalarlo con rapidez.

Al tener una mejor vista del lugar donde se encontraba, sonrió de forma irónica mientras apreciaba el hermoso paisaje que tenía en frente de él. Sin duda esto era algo hecho por la propia naturaleza, no había manera de que hubiera intervenido la mano del ser humano para la creación de este lugar, por lo cual, tuvo que descartar el hecho de que fuera algún tipo de domo o cúpula con ambiente artificial.

“Joder. ¿Qué diablos pasa con este lugar?”

*-*-*

Pasó un corto periodo de tiempo desde que James bajó del gran árbol desde el cual vio ese hermoso paisaje. Siguió inspeccionando la zona del bosque por otro rato, dándose cuenta de la fauna silvestre a su alrededor. Encontró unos pocos animales como ardillas, liebres y varias especies de aves pequeñas, así que este aprovechó la oportunidad y cazó a un par de liebres lanzando unos cuchillos arrojadizos que tenía almacenados en su cinturón. La idea era guardarlas para comer más tarde.

“Como no tengo idea de la hora debido al fallo en el casco donde podía consultar esos datos, será bueno tener un poco de comida a la mano antes de que comience a tener hambre.”

James realmente no sabía cuánto tiempo había pasado desde que despertó, pero sospechaba que podían ser poco más que un par de horas, así que era cuestión de tiempo para que comenzara a sentir hambre, no podía quedarse sin hacer nada y depender del sistema de soporte vital del traje, ya que sabía bien que, si se llegara a dar un caso extremo de supervivencia, ese sistema le salvaría la vida, ya que para eso es que fue creado.

Luego de caminar por otro rato en dirección hacia el norte, James termina llegando a una pradera con algunas colinas vistas a lo lejos. No podía evitar ver hacia al horizonte, no importa hacia qué dirección posicionará su vista, al final, después de esas verdes colinas sólo se encontraría con un gran muro, James estaba seguro de que estaba encerrado, pero no podía dejar de preguntarse cómo fue que llegó ahí, nada tenía sentido.

*-*-*

Sin algo mejor que hacer que seguir explorando, los minutos transcurrieron, pero James en su estado más optimista, se percató de que estaba comenzando a oscurecer, estando dudoso de lo que estaba sucediendo este fijó su vista hacia el falso cielo y comprueba que la causa de ello eran el conjunto de cristales, que a medida que pasaba el tiempo estos perdían su luz gradualmente. Anticipando que faltaba poco para que la noche llegara, sin pensarlo demasiado, comenzó a reunir ramas y hojas caídas de los árboles de alrededor para hacerse un refugio.

Al terminar el refugio, el entorno estaba lo tan oscuro que ya no podía ver a la distancia, James un poco preocupado, reúne varias ramas y hojas secas al lado del refugio para encender una fogata, sin embargo, pensando en realizar en proceso de encendido aún más rápido que el método convencional, saca su revólver y cambia la configuración del modo de disparos a un láser de baja potencia. Sin pensarlo dos veces apunta hacia las hojas secas y jala el gatillo. Al instante estas se prender en llamas quedando solo cenizas, sin sorprenderse demasiado, James comprueba la potencia del láser estando en su mínimo, y prosigue con disparar al conjunto de ramas, a diferencia con las hojas estos tardaron un par de segundos en encenderse y para evitar que se apagara, este coloca varias ramas por encima de la pequeña llama para avivarla aún más y en cuestión de unos pocos minutos la fogata ya estaba lista.

James con ayuda de ese mismo láser en el revólver, hace un cuchillo improvisado utilizando una piedra que encontró al lado del refugio, su tamaño era más o menos similar al de su mano, por lo cual fue sencillo manejarla. No tomo mucho tiempo darse la tarea de despellejar a las liebres que llevaba guardadas para comer, luego este encuentra otra piedra aún más grande que la anterior. Con una idea en mente, la arrastra al lado de la fogata, coloca la carne de las liebres por encima, usando la piedra como una especie de plancha de cocina. Mientras esperaba a que la carne estuviera lista, James se sienta frente a la fogata y al mirar fijamente al fuego, el tiempo comienza a transcurrir con rapidez sin que este lo notara, logrando librarse de cualquier pensamiento negativo o estresante. Por un momento observa hacia el conjunto de cristales, dándose cuenta que ahora solo podía apreciar como estos emitían una tenue luz blanca.

“Si no fuera consciente que son en realidad unos cristales, lo más seguro es que por la cantidad de luz que están emitiendo ahora mismo, los hubiera confundido con las estrellas.”

Mientras esperaba a que la carne estuviera lista, comenzó a sentir mucho sueño, tanto así que sus párpados se sentían cada vez más pesados. Al parecer que lo único que aún lo mantenía despierto era el hambre, sobre todo con el ligero olor de la carne cocinándose, así que tan pronto estuvo lista, agarró la carne y la devoró con gusto, para luego apagar el fuego con rapidez, y acostarse dentro de su refugio a descansar.

Estando acostado, un pequeño pensamiento cruzó por su mente y se colocó el casco enganchado a su cinturón como una medida de seguridad, para luego quedarse dormido por profundamente.


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James Miyagi


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