Lluvia Creciente – Capítulo 4: Horda

Desde que James encontró la casa de Stein, intentó un par de cosas para ocuparse de los escombros en la zona de salida, pero no tuvo éxito. Al darse cuenta que no le sería fácil salir de ese lugar, para James, aparte del combate, la exploración también es parte de su especialidad, así que para cambiar un poco su perspectiva decidió hacer otra cosa.

Pasaron un par de días y en ese tiempo, comenzó a trazar un mapa de toda la zona en el piso 81, al final del recorrido calculo que todo el lugar medía aproximadamente unos 80 kilómetros cuadrados, en palabras simples, era un lugar inmenso, pero al final, aunque encontró una pradera en la zona central, algunas colinas al norte y un extenso bosque al sur, James siguió sin poder encontrar algún tipo de salida escondida, concluyó que la única posible salida tendría que ser por el túnel derrumbado.

“Qué raro, si este es el piso 81, debería de haber otra salida que me lleve al piso 82.”

James estaba pensado que quizás si no podía subir de piso, podría haber la posibilidad de intentar bajar y buscar otra manera de volver arriba, pero fue inútil.

“Supongo que Stein debió saber algo al respecto sobre esto, pero por alguna razón tampoco lo colocó en su diario.”

Un año después de quedar encerrado en este calabozo, las esperanzas de Stein sobre su rescate era cada vez menores, sin embargo, no se dio por vencido con respecto a la posibilidad de salir del abismo.

El diario cuenta como Stein en varias ocasiones se sentaba a pensar en diferentes formas de salir, este examinaba qué tan factible era esa posibilidad a partir de sus capacidades y teniendo en cuenta los recursos que disponía, pero siempre que hacia eso, dejaba de escribir sobre el tema de un día para otro, para James eso era algo irritante, pero por el drástico cambio sólo podía intuir que sus intentos no funcionaron, por alguna razón no dejó detalles de los métodos que utilizó, incluso un día James llegó a revisar la habitación que utilizaba Stein como oficina ya que quizás esos detalles los podía haber guardado en otra parte, sin embargo, por más que buscara no encontró nada, concluyó que posiblemente Stein era alguna especie de idiota por no mantener un registro de lo que hacía.

*-*-*

Mientras reunía algunos suministros para los próximos días, James percibe el cambio de color e intensidad de luz en los cristales en el falso cielo como si anunciara el atardecer, al igual que todos los días, lo seguía considerando como una especie de fenómeno que aún no podía entender del todo y este solo se limitaba a sacar algunas teorías para pasar el tiempo.

En ese preciso instante, mientras admiraba el paisaje en frente a él, James comenzó a escuchar unos extraños sonidos en los alrededores y un segundo después el traje entrar en alerta debido a la aparición inesperada de un punto rojo en el radar incorporado en el casco. Surgió un repentino momento de tensión y no podía solo pasar por alto lo que estaba sucediendo, así que se introdujo en la configuración del dicho sensor de proximidad y aumentó el rango que tenía establecido.

James estaba sorprendido ya que cada vez apareciendo más y más puntos rojos en su radar, lo primero que le vino a la mente fue esa parte del diario de Stein donde mencionaba la aparición de una horda de bestias demoníacas cada cierto periodo de tiempo. Como medida de precaución James activa el traje en modo de combate, pero enseguida surgieron ventanas emergentes indicando una cantidad de errores.

[FATAL ERROR: Asistente auxiliar de combate inactivo, imposible ejecutar reinicio del mismo.]

[FATAL ERROR: El sistema de combate se encuentra desactivado debido a la falla grave en el Asistente auxiliar.]

[ADVERTENCIA: El sistema de protección no se encuentra operando en un estado óptimo.]

[ADVERTENCIA: El estado actual del traje CAET no es apto para el combate, abstenerse de cualquier conflicto innecesario.]

“Si eso ya lo sé, pero tampoco es como si tuviera otras opciones.”

“Ejecutar comando, ignorar todos los mensajes de error y de advertencia emergentes.”

[…]

*-*-*

De un momento a otro, desde el radar se veía como los puntos rojos se acercaban a gran velocidad. Cuando James observa a la distancia, logra visualizar una cantidad enorme de bestias con forma de escarabajo, sin embargo, la altura de cada uno era aproximadamente de 50 centímetros. Estando sorprendido James comienza a retroceder a gran velocidad, mientras tanto saca su revólver y pasa del modo láser al modo de disparos, apuntando a los escarabajos. Al jalar el gatillo del revólver en sucesión, logra eliminar a varios de ellos, pero le estaba costando disparar con precisión debido a que se encontraba en constante movimiento.

Apenas James consiguió entrar en el bosque, se subió a un gran árbol con un par de saltos entre las ramas y comenzó a deshacerse de los escarabajos que lo estaban siguiendo, no obstante, mientras intentaba concentrarse en disparar, James se percata de que se aproximan unos insectos con forma de mosquitos de unos 30 centímetros de altura.

Para mantener su distancia, James tuvo que desplazarse entre las ramas de los árboles. Fue fácil en cierto modo, ya que el traje a pesar de las fallas que aún persistían, este le seguía proporcionando una fuerza aumentada en todo su cuerpo. Así que con destreza siguió disparando y eliminando a cada vez más escarabajos y mosquitos, luego se alejaba a cierta distancia y volvía a disparar.

“No dejaré que me alcancen, me parecen lo suficientemente peligrosos y repugnantes para dejar que siquiera se me acerquen.”

Luego de un rato, en el momento que James pensó que tenía la situación bajo control, aparecieron tres grandes avispas de un metro cada una. Debido a la sorpresa, James casi se cae de la rama donde estaba parado, pero rápidamente al patear esa misma rama de la que estaba cayendo, logró alcanzar el árbol de al lado con sus brazos. Pero antes de comenzar a sentirse aliviado por no haber caído, se da cuenta que dejó caer el revólver por accidente mientras pensaba en agarrar las ramas del árbol.

“Oh rayos, lo que me faltaba.”

Al mirar al suelo, James comienza a estresarse debido a que no puede ver el revólver por la gran cantidad de escarabajos acumulándose, incluso antes de que ellos empezaran a escalar el árbol, James tuvo que volver a saltar a otro árbol, incluso saltó alrededor varias veces tratando de localizar el revólver, pero no tuvo resultado.

Ahora sin ningún arma con la cual contar, a James no le toco de otra que huir hacia la casa que utilizaba como refugio y con suerte encontrar algo que le sirviera de arma para luchar, ya que sabía bien cuáles eran sus límites, incluso con el uso de sus habilidades, no iba a poder derrotar a esa cantidad de bestias al mismo tiempo.

Mientras corría por la pradera, estaba pensando en cómo Stein hizo para luchar con estas bestias sin utilizar armas, debía de haber alguna guardada en la casa, pero hasta el momento no había encontrado ninguna, era algo muy desconcertante para James. No le quedaba de otra, al instante que llegara a la casa tendría que escoger alguna de las herramientas para combatir cuerpo a cuerpo, no obstante, no iba a ser posible luchar contra esa cantidad de bestias solo con un hacha o una pala.

James pensó y pensó buscando alguna respuesta, sin embargo, estaba comenzando a sentir una presión en su pecho, pensando en la posibilidad que tenía de morir, aun tenia puesto el traje que lo estaba protegiendo y aun si el traje terminaba hecho pedazos, podía utilizar su habilidad para curar sus heridas, incluso manipular la gravedad en su alrededor para aplastar a las bestias que se le acercaran, pero esos métodos no iban a funcionar para siempre. En los últimos días no estaba comiendo muy bien, por lo que eso afectaría el rendimiento de sus habilidades, terminaría llegando al límite antes de terminar con todas las bestias y sucumbiría ante ellas.

“Tantos años combatiendo contra innumerables bestias y ahora estoy casi en jaque mate.”

James al igual que en estos últimos años, cuando se encontraba en una situación muy complicada en la que su vida estaría en riesgo, este utilizaría un método poco convencional para disipar cualquier pensamiento innecesario. Ahora tendría que cambiaría su forma de pensar y centrarse en buscar una solución para salir de la caótica situación en la que se encontraba, no importa que tan irracional seria, después de todo era un método que le ha funcionado manteniéndolo vivo hasta ahora.

“Ja, como si fuera a dejar que eso pasara, no he sobrevivido todos estos años por nada, ya verán seres insignificantes, voy a acabar con todas ustedes y salir de este estúpido lugar de una vez por todas.”

En el momento que James se auto convence de forma irracional que no caería muerto en ese extraño lugar al que llamaban el piso 81 del abismo, algo dentro del comenzó surgir. Todo a su alrededor se está moviendo lento como si estuviera en cámara lenta, sus pasos se sentían más ligeros que antes, sus pensamientos estaban claros, pero a su vez sentía una presión en su cabeza que no podía entender.

“Necesito un arma, necesito algo para combatir.”

Esos eran los únicos pensamientos que tenía James en ese momento. Incluso recordó vívidamente la katana que le había hecho su amigo Clerk utilizando un raro mineral que era más duro como el acero, pero tres veces más ligero.

“Si tan solo tuviera mi katana en este momento, ¿cómo pude haberla dejado atrás?”

Mientras que se lamentaba por la falta de su katana, una extraña energía comenzaba a emanar de su mano derecha, pero James no se dio cuenta hasta que esta había crecido lo suficiente para cubrir toda su mano.

“¿Y ahora qué es esto?”

James estaba sorprendido, pero por alguna razón sentía que no era algo malo, incluso estaba sintiendo algo muy familiar proveniente de esa energía. Solo pensando en la necesidad de tener un arma, hacía que esa energía en su mano creciera aún más, así que se dejó llevar por sus instintos y se concentró en recordar la katana. Al haberla estado usando constantemente por un par de años, James era capaz de recordar cada detalle, no sabía porque tenía que recordarla en ese momento, era muy extraño.

Cuando estaba aproximándose a la casa, James se percató de un escarabajo aún más grande que los otros que le venían siguiendo, era de uno dos metros de altura y estaba apareciendo justo desde la parte trasera.

“Joder, como mi suerte puede ser tan mala. Esa cosa no me dejara acercarme lo suficiente para llegar al cobertizo.”

Mientras bajaba su velocidad, trato de pensar en una manera de distraer al gran escarabajo, pero aún estaban las otras bestias insecto siguiéndole el paso a gran velocidad.

“¿Ahora que se supone que haga?”

Cuando estaba a punto de olvidar la energía que provenía de su mano hasta hace unos momentos, se percató que ahora no estaba, sin embargo, en su lugar ahora tenía en su posesión una katana, pero no era cualquiera, sino la misma que le había regalado Clerk.

James se detuvo de la sorpresa y comprobó que en verdad fuera la misma, pero no hubo dudas, era exactamente igual, su peso, su forma, los detalles.

“No entiendo nada de lo qué está pasando, pero igual la voy a usar.”

Con una mezcla de sentimiento de confusión y ansiedad, James soltó una sonrisa y observando a los incontables escarabajos, los mosquitos y avispas, comenzó a correr para arremeter contra ellos.


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